miércoles, 14 de mayo de 2014

¿Legible o ilegible?

Las funciones que la tipografía desempeña en el diseño implica pensar que tipo es apropiado para una correcta legibilidad para poder comunicar un mensaje. El tipo de letra que se emplea puede ayudar o entorpecer la transmisión de la información puesto que cada una de ellas provoca diferentes sensaciones en el usuario.

Aunque las reglas básicas de tipografía son las mismas en papel que en pantalla, la legibilidad que ha de proporcionar una tipografía en papel no es posible en web a causa de las características del pixel del monitor.
El usuario hace una rápida barrida en vez de leer,  por lo que entonces la compresión y la retención se reducen al 50%. De la misma manera, el scroll horizontal y vertical dificultan la fluidez de lectura.




Un buen uso de la tipografía depende del contraste visual entre letras y bloques de texto con el blanco, y es natural ya que el ojo  se siente atraído por el contraste. Nos fijamos primero en el conjunto de la web, luego pasa el reconocimiento de las diferentes partes y, finalmente, llegamos al detalle de las palabras.

Los aspectos que pueden influir en la legibilidad de un texto:

- El diseño del tipo: las familias que consiguen mayor diferenciación entre caracteres parecen ser más legibles. Si el diseño de letras es muy homogéneo dificulta la lectura.

- Serif o Sans-serif: actualmente hay cierto consenso en que las tipografías con remates consiguen una mayor diferenciación entre letras y, en consecuencia, una mayor legibilidad, y suelen usarse en textos continuos.

- Caja alta o baja: la caja alta tiene una alineación horizontal homogénea que uniformiza las letras. La caja baja, con caracteres más individualizados, ofrece menor dificultad de lectura.

- El estilo o peso: La negrita y la itálica son resultantes de algoritmos que añaden píxels extras al contorno de las romanas. Un peso medio es más legible que una fuente fina o negrita (aunque la negrita dentro de un texto normal llame la atención por su peso). Las fuentes cursivas pierden legibilidad por su inclinación, es recomendable no utilizarlas en textos largos.

- Anchura de la fuente: una fuente demasiado ancha o demasiado condensada pierde en legibilidad. Se suele usar el modo condensado para informaciones secundarias que tienen que ocupar poco espacio.

- Espaciado entre letras y palabras: un espaciado reducido puede percibirse como un amontonamiento de letras; si es demasiado amplio, puede fragmentar el texto.

- Tamaño del tipo: hoy en día podemos encontrar tipos diseñadas especialmente para la pantalla , estas están pensadas para adecuarse a la matriz creada por los píxels y cada letra está pensada y optimizada en función de la pantalla. Normalmente las tipografías están diseñadas en medidas específicas (8, 9, 10, 12) y si se utilizan en un cuerpo para el cual no están pensadas (11, 13…) se generan mediante un cálculo que aproxima visualmente a la medida solicitada, pero perdiendo todo el detalle y la definición del diseño original.

- Interlineado: si es demasiado estrecho obtenemos un abarrotamiento de texto con  difícil lectura. Si es demasiado ancho, interrumpe continuamente la lectura, que obliga a atravesar continuamente espacios blancos. Se recomienda incrementar la interlinea un 150% más que en papel, especialmente en tipografías Sans-serif que no poseen la guía horizontal que forman los remates y que ayudan al ojo a seguir el flujo del texto

- Alineación: la alineación a la izquierda y la justificada son las más legibles, aunque es preferible la primera. Para textos cortos se puede usar la centrada o la alineada a la derecha. La justificada dificulta la amenidad de lectura si provoca demasiado espaciado entre palabras o un espaciado muy variable.

- Contraste de color: la utilización de colores demasiado parecidos  entre el texto y el fondo dificultarán la amenidad de lectura. Hay que buscar un contraste fuerte: colores claros con oscuros, colores muy saturados con poco saturados.

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